Nuesto nivel de emisiones de CO2 particular, es conocido como nuestra huella de carbono.

Nuestra responsabilidad fundamental radica en realizar un consumo eléctrico y un transporte eficientes.

Datos para calcular el CO2

Las actividades que provocan emisiones de gases de efecto invernadero están clasificadas, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en: actividades del sector energético, actividades del sector industrial, uso de disolventes y otros productos, agricultura y desechos.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se encarga de analizar la información científica, técnica y socioeconómica relativa al cambio climático provocado por las actividades humanas. No realiza investigaciones, sino que analiza y evalúa la información científica publicada. Gracias a ello y a las exigencias del protocolo de Kioto podemos conocer el nivel de emisiones de cada industria.

Asimismo, es posible conocer nuestro nivel de emisiones particular, conocido como nuestra huella de carbono. Nuestra responsabilidad fundamental radica en realizar un consumo eléctrico y un transporte eficientes.

¿Cómo se calcula la huella de carbono?

huella de carbonoPodemos calcular nuestra huella de carbono multiplicando el dato de consumo de energía (dato de actividad) por su correspondiente factor de emisión.

Dato de consumo está definido por nuestro nivel de actividad generando emisiones de gases de efecto invernadero; por ejemplo, la cantidad de gas natural utilizada en nuestra calefacción.

El factor de emisión es la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por esa actividad.

Para conocer este dato, y saber los factores de emisión en función de los combustibles existe el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero.

Nuestra huella de carbono en el consumo eléctrico

En consumo eléctrico, porque pese al desarrollo de las energías renovables, la generación de electricidad se sigue produciendo mayoritariamente mediante la quema de combustibles fósiles (carbón, gas o petróleo), que emiten CO2 y otros gases de efecto invernadero.

Por lo tanto, cuanto menor sea nuestro consumo eléctrico, menos contaminaremos. Por ejemplo, iniciativas como apagar las luces de los aparatos electrónicos en standby o utilizar bombillas de bajo consumo son muy necesarias.

Nuestra huella de carbono en el transporte

En cuanto al transporte, conviene utilizar el transporte público lo máximo posible, o bien ir andando o en bicicleta, limitando el uso del automóvil.

En caso de utilizarlo, hacerlo de forma racional, por ejemplo, compartiendo vehículo con otras personas para ir al trabajo.

Los vuelos de avión también representan una enorme fuente de emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Los vuelos intercontinentales, al ser realizados por aviones más grandes, suelen llevar a más pasajeros y tener un consumo por pasajero menor.

Una iniciativa saludable es utilizar el tren cuando el tiempo y el trayecto lo permitan, en lugar del coche o el avión, puesto que su nivel de emisiones contaminantes es mucho menor.

¿Cómo puedes compensar tu huella de carbono?

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio tiene una relación completa de coches y sus emisiones contaminantes.

Puedes compensar tus emisiones de forma económica con 4 árboles (10.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.), 8 árboles (20.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.) y 12 árboles (30.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.).