Las emisiones de CO2 en España bajan un 13,7% en 2020 en España y caen por primera vez por debajo de los niveles de 1990.

El Gobierno atribuye el descenso a las restricciones de movilidad por la pandemia, pero también al uso de renovables y la caída del carbón.

Record de descenso de emisiones de CO2 en el año 2020

La mayor reducción de la historia sitúa las emisiones de CO2 por primera vez por debajo de los niveles que alcanzaron del año 1990, año usado habitualmente como referencia por los países para evaluar el grado de cumplimiento de los acuerdos internacionales contra el cambio climático, con una reducción del 18% se considera un récord histórico para España.

La pandemia de coronavirus supuso la mayor disminución de las emisiones nunca registrada en España, una situación que tuvo su reflejo también en el descenso del PIB y del empleo o el aumento de la deuda pública.

Las emisiones en 2020 sumaron 258 millones de toneladas de CO2 equivalente, según los datos provisionales obtenidos en marzo de 2020. Es una cifra muy por debajo de la del año 1990 (290 millones de toneladas de CO2 equivalentes) y que se alejan cada vez más del pico alcanzado en el año 2005 (442 millones de toneladas de CO2 equivalentes).

Del total de las emisiones producidas en España, el 36,4% corresponden a las de la grandes industrias intensivas en energía, el resto de ámbito, los llamados sectores difusos, representaron un 61% de las emisiones totales en España.

La realidad de los datos

Aparentemente es una buena noticia, sin duda que lo es, pero conviene analizarla desde todos los puntos de vista, para no quedarnos en un titular que nos aleje de la realidad en la que nos encontramos.

El dato relevante es que, por primera vez, la emisión anual de CO2 ha descendido, pero; ¿Significa esto que debemos despreocuparnos y pensar que a partir de ahora todas las cifras de emisiones continuarán descendiendo?

La realidad no es tan optimista como en principio nos trasmite esta información, según datos de la ONU, desde el 2010, las emisiones de gases que causan el calentamiento global -excluyendo aquellas producidas por el uso de la tierra, que son más inciertas y variables- han registrado un crecimiento promedio anual del 1,3%. En 2019, el aumento fue más pronunciado y llegó a un 2,6% debido al gran aumento de incendios forestales.

Según el reporte anual sobre la brecha de emisiones de la agencia, a pesar de que la crisis del COVID19 ralentizó temporalmente la emisión de CO2 a la atmósfera en 2020, el mundo todavía está en camino a un aumento catastrófico de temperatura superior a los 3 grados centígrados sobre los niveles preindustriales para este siglo.

Repercusión en el efecto invernadero

A pesar de la reducción en la emisión de gases a la atmósfera durante el último año, no debemos perder de vista cuál es el efecto producido por estas emisiones de CO2, el efecto invernadero, que el pasado mes de mayo volvió a registrar un récord histórico. Se espera que el descenso general no sea tan marcado debido a la menor probabilidad de que otros gases de efecto invernadero como el metano se vean afectados.

Al igual que lo afirmó recientemente la Organización Meteorológica Mundial, las concentraciones atmosféricas de CO2 y otros gases siguen aumentando y la reducción temporal por las medidas de confinamiento no tendrá un impacto duradero sobre éstas. Los científicos calculan que el recorte de emisiones en 2020 se traduce en una reducción de solo 0,01°C en el calentamiento global para 2050.

Y es que el freno en las emisiones que ha supuesto la paralización parcial de la actividad de pequeñas y medianas empresas junto a la paralización de buena parte del transporte de mercancías no impacta significativamente en la acumulación de estos gases en la atmósfera.

En general, en las épocas en las que se experimenta una crisis económica a nivel mundial descienden porcentualmente las emisiones de CO2, al ralentizarse la actividad y la economía, pero estas disminuciones puntuales no consiguen frenar la tendencia de la concentración del gas, que puede vivir más de cien años en la atmósfera.

Existen indicios de la ralentización del aumento de las emisiones en los países pertenecientes a la Organización de Cooperación de Desarrollo Económicos (OCDE), pero también de que estas se están acelerando en aquellos países que no pertenecen a la misma y que están en una fase de crecimiento con mayores necesidades de consumo de energía.

Momento para la transformación

Pese a todo lo explicado anteriormente, el año del COVID-19 si puede convertirse en una oportunidad en la lucha contra el cambio climático. Una recuperación sostenible de la pandemia podría reducir hasta 25% las emisiones de gases de efecto invernadero previstas para 2030 y acercar al mundo al logro del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 2°C.

Si los gobiernos invierten en la acción climática como parte de la recuperación de la pandemia y concretan sus nuevos planes de neutralidad de emisiones en sus compromisos del Acuerdo de París en la próxima cumbre climática que se llevará a cabo en Glasgow en noviembre de 2021, pueden cambiar el curso del planeta hacia un calentamiento catastrófico o el principio de una solución.

Las políticas para que se llegue a producir una recuperación verde deben incluir el apoyo directo a las empresas y tecnologías que ofrezcan cero emisiones, el freno en la utilización de combustibles fósiles y la descarbonización de la producción energética y el impulso de las acciones basadas en la naturaleza que incluyan la restauración de ecosistemas y la reforestación de zonas degradadas.

Ya son muchas las empresas que, por iniciativa propia, comienzan a sumarse a estas iniciativas, reduciendo su inversión en la generación de energías no renovables y añadiendo a sus estrategias de Responsabilidad Social Corporativa actividades de reforestación que compensen la huella de carbono generada en sus actividades productivas.

La concienciación ciudadana es básica para lograr los objetivos marcados, pero aún lo es más la concienciación empresarial.

En 2021 en España se aprobó la primera Ley de Cambio Climático que cuenta con un objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de un 23% respecto a 1990 que debería alcanzarse en 2030. Para esto y según los datos del informe emitido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (miteco) el descenso debería ser de un 8% en los próximos 9 años.

Es pues, un gran momento de cambio que podemos aprovechar, siendo mas limpios, reforestando y recuperando los ecosistemas dañados, apostando de una vez por todas por un futuro más verde.

¿Cómo puedes compensar tu huella de carbono?

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio tiene una relación completa de coches y sus emisiones contaminantes.
Puedes compensar tus emisiones de forma económica con 4 árboles (10.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.), 8 árboles (20.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.) y 12 árboles (30.000 km. para vehículos que emiten 120 g CO2 por km.).