«Es la responsabilidad que cada organización tiene con el medio ambiente en que se desenvuelve y con la sociedad de la que hace parte, se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido»

«La actividad diaria de las empresas provoca un impacto en la sociedad, lo que hace necesario establecer políticas empresariales acordes con sus valores y objetivos»

Historia y orígenes

El concepto de responsabilidad social tal y como lo conocemos en la actualidad, es relativamente reciente, y aunque durante los años 60 del pasado siglo surgieron los primeros debates en torno al papel que las empresas deben jugar en el desarrollo económico-social, sus antecedentes se remontan varios siglos atrás casi a los orígenes de las organizaciones que conjugaron capital y trabajo para generar beneficios. No obstante, a lo largo de la historia han sido evidentes los abusos sobre los Derechos Humanos, los trabajadores y el medio ambiente. Es difícil obviar las condiciones de explotación a las que se sometieron a los trabajadores durante la Revolución Industrial, o como la esclavitud fue la base de la economía de las sociedades “modernas”, sin ser cuestionada por algunos de los principales y más importantes filósofos del momento.

Volviendo a los 60 y su semilla, ya en el año 1953, Howard Bowen en su obra Responsibilities of the Businessman, plantea cuales son las responsabilidades que los empresarios deberían o no asumir en la sociedad. Bowen pretendía señalar que la actividad diaria de las empresas provoca un impacto en la sociedad, lo que hace necesario establecer políticas empresariales acordes con sus valores y objetivos desde un punto de vista mas lejano a la caridad o la filantropía en la que se sustentaba la responsabilidad empresarial hasta ese momento siendo más bien una forma de actuar, un principio de administración en el que las acciones sociales son integradas en la estrategia empresarial.

Durante los años anteriores la forma de actuar era bien distinta, podemos mencionar como ejemplo a Estados Unidos, donde era evidente la preocupación que muchos empresarios tenían por la educación: muchas de las grandes universidades privadas y de prestigio, como Harvard, Yale, Cornell, Princeton, Duke o Columbia, nacieron gracias a las aportaciones económicas de los empresarios más destacados de la época. Muchos de ellos colaboraron también en la creación de importantes centros culturales como el Metropolitan Museum o la Metropolitan Opera House de Nueva York. Sin embargo, muchas de estas colaboraciones fueron donaciones económicas de gran repercusión pública que les dotaba de una buena imagen pero que, en la mayoría de casos, suponía un perjuicio para los sectores locales más necesitados. En definitiva la responsabilidad social, aunque era real, no dejaba de ser un valor más de la empresa, que esperaba un beneficio en base a su valor añadido y que generalmente no tenía en cuenta las repercusiones directas de sus actos ni su integración en el tejido social.

Antigua colonia textil “Hilaturas Noguera” (1890). El conjunto posee el edificio fabril, las viviendas obreras, y varios almacenes. También un canal que lleva las aguas a las esclusas para que funcionaran las turbinas. En la actualidad el complejo funciona como vivero. (Foto: Google, 2013)

En España podemos encontrar varios ejemplos significativos de este tipo de responsabilidad como el surgimiento de movimientos cooperativos en el sector agropecuario, las cooperativas de consumo, las colonias industriales en el sector textil en los cauces fluviales, etc. Hay colonias surgidas durante este periodo que dejan constancia de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias, con escuelas, centros sanitarios y lugares dedicados al ocio, reflejando la visión de protección y responsabilidad de los empresarios de la época.

Por esto, podemos ubicar el grueso del cambio de visión sobre la responsabilidad social corporativa en los 60, donde Keith Davis, en Can Business Afford to Ignore Social Responsibilities? teorizaba sobre el tema, proponiendo que la responsabilidad que las empresas tengan con la sociedad y el entorno tiene que ir en consonancia al peso y poder que tengan sobre la sociedad en la que desarrollan su ejercicio. Esto provocó varios debates entre dos posiciones: una que trata de una responsabilidad amplia y otra que se centra solo en los beneficios económicos de los accionistas. Para dar solución a estas posturas, en 1971 Harold Johnson estableció algunas visiones del concepto en la obra “Business in contemporary society: framework and issues” que pueden complementarse en la práctica y que enfocan de manera equitativa la obtención de beneficios económicos con la puesta en marcha de acciones socialmente responsables dando lugar a la idea que hoy tenemos de este concepto.

Las cuatro visiones de Johnson, son:

  • Conocimiento del entorno en que la empresa desarrolla su actividad.
  • Puesta en marcha de programas sociales con el objetivo de obtener mayores ganancias.
  • El principal interés de la empresa es la obtención de beneficios, tanto económicos como sociales.
  • Conocimiento de los grupos de interés y relación con ellos para obtener riqueza.

De esta manera la visión de responsabilidad social corporativa moderna considera los beneficios sociales como un beneficio mas de la empresa y que la riqueza llega de igual forma en su relación con los grupos de interés.

Llegamos así al concepto actual, donde la RSC es la responsabilidad que cada organización tiene con el medio ambiente en que se desenvuelve y con la sociedad de la que hace parte, se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido.

RSC y Sostenibilidad

En la actualidad el concepto de sostenibilidad al igual que el de RSC siguen evolucionando, junto con ellos han ido evolucionando los valores e intereses de la sociedad civil, dentro de esa evolución podemos destacar la creciente importancia de los valores sociales, el medio ambiente y el compromiso de las personas con diferentes causas y organizaciones. Ahora son parte interesada en el desarrollo sostenible global diversos agentes de la sociedad civil, desde el pensamiento particular hasta organizaciones de consumidores, sindicatos, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, etc. Todos estos agentes tienen en común algunos ideales como la defensa de la sostenibilidad, respeto al medio ambiente, desarrollo, ayuda humanitaria y en definitiva la idea de una arquitectura socioeconómica mundial mas justa.

Como ya hemos visto la responsabilidad social corporativa se preocupa de lo que preocupa a sus grupos de interés, por esto y de forma natural, la sostenibilidad es uno de los retos a alcanzar por las empresas que practican dicha responsabilidad.

Algunas de las mas grandes herramientas o áreas de responsabilidad social corporativa se encaminan hacia el concepto de sostenibilidad, empezando por incluir en su metodología estudios de su huella de carbono y su compensación, así como intereses y practicas destinadas a mejorar la situación medioambiental. Además estos conceptos están calando en la sociedad empresarial de forma que la pequeña y mediana empresa está cada vez mas implicada en los términos de responsabilidad social en lugar de mirar desde la distancia como venía ocurriendo anteriormente en empresas con pequeño volumen de negocio.

Dentro del circuito de alimentación y retroalimentación otras empresas y asociaciones ayudan a materializar proyectos de responsabilidad social mediante la acción directa, la gestión o la asistencia a las empresas interesadas en desarrollar esta área creando así grupos de trabajo o cadenas de bloques concretas y canalizando las acciones finales en beneficios directos para la empresa o sus trabajadores.

Gracias a este nuevo concepto de responsabilidad social y al interés general y necesario por la sostenibilidad podemos realizar proyectos desde Bosquia, donde aparte del interés particular podemos centramos también en esa responsabilidad empresarial dirigiéndola en el camino de reforestación y el cuidado de los bosques desde diferentes áreas, y practicando además esa responsabilidad como ejemplo desde nuestro propio equipo.