¿Cuántos productos de los que se venden como ‘verdes’ o ‘ecológicos’ en el mercado lo son de verdad? La técnica de lavado o blanqueamiento ‘verde’ conocida como greenwashing se ha convertido en algo habitual, llegando a todos los sectores: moda, banca, alimentación, energía, etc. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos engañar por esta práctica? En el artículo de hoy te contamos qué es el greenwashing y cómo funciona, así como las consecuencias que tiene para el planeta y los consumidores.

¿Qué es el greenwashing y cómo funciona?

Según datos de Ecovalia, la asociación profesional española de la producción ecológica, el consumo de productos ecológicos ha crecido en nuestro país, llegando a recaudar más de 2.500 millones de euros. Lo que demuestra un gran interés de los consumidores por su salud y por el medioambiente, llegando a cambiar sus hábitos de consumo para contribuir mediante sus actos a mitigar el cambio climático.

Esta situación ha llevado a las empresas a buscar diferentes estrategias o fórmulas de comunicación poco fiables con el objetivo de transmitir a su público objetivo unos valores y una responsabilidad social corporativa con el medioambiente un poco dudosos.

Valores que no tienen que nada que ver con las prácticas reales de las empresas, puesto que siguen vendiendo productos que contaminan o que no respetan el entorno. Este tipo de estrategias es lo que se conoce como el greenwashing, un concepto que está muy de moda, pero que comenzó a usarse ya en los años sesenta.

Greenwashing, un término inglés formado por dos palabras: green, que significa ‘verde’, y washing, que significa ‘lavado’, por lo que greenwashing podría traducir como lavado ecológico o ecoblanqueamiento.

Este tipo de técnicas consistían, en un principio, en una simple donación a causas medioambientes o en lanzar pequeñas colecciones ‘eco’. Sin embargo, en los últimos años este tipo de prácticas se han sofisticado, llegando a popularizarse sin que exista ningún control sobre ellas.

¿Qué consecuencias tienen para los consumidores? ¿Y para el planeta?

Estas fórmulas inducen a los consumidores hacia el error con la única intención de mejorar las ventas; es decir, les hacen creer una idea que no se corresponde con la realidad.

Además de engañar a los consumidores, ponen en peligro el planeta. No solo no se produce el beneficio que se anuncia, sino que genera un mayor impacto negativo en el medioambiente al incrementar su consumo en la sociedad.

¿Cómo reconocer el greenwashing?

Para que los consumidores empiecen a ser cada vez más conscientes de estas prácticas, hemos elaborado un listado con algunas de las fórmulas que más se utilizan y que enmarcaríamos dentro de lo que ya conocemos como greenwashing:

  • Emplear el color verde para dar la ilusión de que el producto es respetuoso con el planeta. Por regla general, asociamos este color con la naturaleza, el medioambiente y la ecología.

  • Usar un leguaje ambiguo, confuso o complejo. Por ejemplo, amigos del medioambiente, respetuoso con el ambiente…

  • Colocar en los productos falsas etiquetas como ‘bio’ para productos que no proceden de la agricultura ecológica o biológica. En la actualidad, esta práctica está prohibida en España.

  • Destacar algunos atributos del producto y ocultar aquellos que no son respetuosos con el entorno.

Recomendaciones para evitar ‘caer’ en el greenwashing

Hoy en día ser una empresa verde, ecológica y respetuosa con el medioambiente es una ventaja frente a la competencia, pero para serlo es necesario asumir todos los compromisos a corto y largo plazo.

Desde Bosquia no somos de atajos y creemos que lo mejor es mostrarse como uno es realmente.