Los incendios forestales no solo provocan la desaparición de millones de árboles, también liberan toneladas y toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que acentúa la amenaza climática. Recuerda que el CO2 es el principal gas de efecto invernadero. Una situación que nos preocupa y entristece y que nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas: ¿cómo podemos reducir las consecuencias de los incendios forestales? ¿Se puede recuperar un bosque tras un fuego?

El fuego no da tregua. Lamentablemente, la imagen de las llamas quemando nuestros bosques se repite prácticamente en todo nuestro territorio por las altas temperaturas. Desde el  Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS) estiman que los incendios forestales han arrasado desde enero más de 2.300 hectáreas de nuestro país. Lo que significa que, en menos de siete meses, la superficie quemada ya supera a la que abrasó el fuego en todo 2012, hasta ahora el peor año desde que hay registros.

Una de las consecuencias más visibles de los incendios forestales es la destrucción del paisaje y su ecosistema. No solo se pierden los recursos vegetales, también se pone en riesgo la calidad del aire y del agua y la vida de los animales, ya que la vegetación desaparecida era la que aportaba oxígeno, capturaba CO2, sostenía el suelo y servía de cobijo y alimento para la fauna.

Además, solo en 2021, los incendios forestales generaron 1.760 megatoneladas de emisiones de carbono, según datos recogidos por los científicos del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), por lo que contribuyen a agravar más la situación climática que estamos viviendo.

Pero ese aumento de las temperaturas, esa mayor sequedad del suelo y las olas de calor, cada vez más habituales debido al cambio climático, son a la vez tres de los factores que favorecen el riesgo de incendios. Se trata de la pescadilla que se muerde la cola.

Fases de un incendio forestal

¿Cómo se comportan los incendios forestales? Podría decirse que estos tienen cuatro fases y que varían en función de su evolución: activo, estabilizado, controlado y extinguido.

Activo: el fuego puede crecer libremente y se propaga.

Estabilizado: no está controlado, pero evoluciona dentro de las líneas de control establecidas.

Controlado: se ha conseguido aislar y detenido su avance y propagación.

Extinguido: ya no existen materiales en ignición en el perímetro del incendio y no se prevé que este pueda reanudarse.

Cómo reducir las consecuencias de los incendios forestales

Los datos anteriores vienen a demostrarnos que las consecuencias reales de los incendios forestales son mayores a lo que generalmente tenemos en mente y dejan una cosa clara: los incendios no solo se producen en verano.

La manera de minimizar las consecuencias de los incendios forestales es vigilar todos los factores que pueden desencadenar el fuego, alertar rápidamente cuando se produzca uno y actuar de inmediato para evitar su propagación.

Además de poner en marcha otras medidas como:

  • Selvicultura preventiva. Una de las técnicas de la selvicultura preventiva más eficaces es la aplicación de tratamientos superficiales de clareo y poda, creándose así una red de áreas cortafuego que dificulta el paso del fuego de un lado a otro del bosque, facilitando la circulación de los equipos de extinción.

  • Extinción correcta del fuego. Dependiendo de cómo se contenga, se controlarán y reducirán las consecuencias de este. El método más efectivo es el método indirecto, que consiste en rodear la zona incendiada, encerrando así su radio de acción y evitando que se propague a más zonas.

  • Limpieza de la zona una vez extinguido el fuego. Una vez extinguido, inspeccionar la zona para intentar purificar las aguas potables circundantes y limpiar los suelos de escombros y cenizas, así como mantener y proteger aquellos árboles que hayan podido sobrevivir al incendio.

  • Prevención y protección. También es fundamental que la sociedad en general y nosotros en particular tomemos conciencia de la importancia de la prevención de los incendios. Se estima que el 95% de los fuegos son causados por la actividad humana.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente ha elaborado un decálogo básico de prohibiciones y recomendaciones que debemos tener en cuenta, como NO arrojar cigarrillos ni fósforos al suelo, NO utilizar maquinaria agrícola que pueda generar incendios, NO arrojar basuras fuera de los contenedores habilitados o poner toda nuestra atención en evitarlos, entre otros.

En el caso de que divises un incendio, avisa de inmediato al 112.

¿Cómo recuperar un bosque tras un fuego?

Hay especies que pueden rebrotar por sí solas, siempre y cuando el banco de semillas no haya quedado dañado. En este caso, no sería necesario reforestar, pero ¿qué pasa con la vegetación que no tiene capacidad de recuperación?

Una vez el terreno esté libre de madera quemada y otros desperdicios, el siguiente paso será realizar acciones de restauración de suelo y elaborar un proyecto de reforestación.

En esta fase resulta imprescindible tomar muestras del terreno y planificar bien la repoblación forestal: qué función tenía y puede tener el bosque que se ha quemado, número de árboles que se plantarán por hectáreas, qué tipo de especies son las que mejor se adaptan al terreno…

Un trabajo que conocemos y que venimos realizando desde Bosquia gracias al apoyo que han depositado en nosotros empresas, marcas y particulares como tú.